La Xunta de Galicia trasladó a los asistentes a ambas reuniones su propuesta de hacer de la comarca de Ferrolterra un polo energético, aprovechando la existencia de mano de obra cualificada, un tejido industrial con empresas que podrían ejercer un efecto tractor y la presencia de industria auxiliar diversificada. Sería una oportunidad para avanzar en la transición ecológica y la transformación industrial que se promueve bajo el contexto de los fondos europeos Next Generation a través de la producción de biocombustibles, el impulso del gas natural licuado (GNL) como fuente energética o el desarrollo de hidrógeno verde y energías renovables.

En la reunión, Conde apeló a la unidad de acción y a la implicación de todas las Administraciones y agentes a través de un pacto de Estado que coordine todas las políticas necesarias bajo un mismo criterio: ofrecer respuestas claras y definitivas a las necesidades de Ferrolterra. Desde la Xunta, todas las consellerías están movilizadas para identificar, aprobar y poner en marcha las medidas oportunas.

En los últimos 40 años Ferrol perdió casi 30.000 habitantes, un tercio de su población. Además, se sitúa como la ciudad con la tasa de paro más alta de Galicia (17,9%) y con las tasas de actividad y de empleo más bajas de la Comunidad (43,5% y 35,7%, respectivamente). La situación se agrava aún más con las actuales expectativas, ante el cierre de la central térmica de As Pontes; la falta de carga de trabajo para Navantia; la situación de la planta de Siemens-Gamesa; o la incertidumbre en el sector electrointensivo; a lo que se suma el impacto de factores comunes como el Brexit y las consecuencias de la pandemia de la covid-19. Por todo esto, Ferrolterra precisa de un compromiso colectivo que permita diseñar un Pacto de Estado que sea de todos y para todos, señalan desde la Administración gallega.