Así lo anunció  en el Parlamento el conselleiro de Facenda e Administración Pública, Miguel Corgos, que subrayó que esta iniciativa no se limita a la instalación de cajeros, sino que busca una presencialidad física en los ayuntamientos a través de los servicios de asistencia y formación, que deben desarrollarse de manera presencial y con personal de la propia entidad financiera.

Durante su intervención el conselleiro recordó que la Xunta y la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) firmaron un protocolo de colaboración para facilitar el acceso a los servicios financieros en los ayuntamientos del medio rural. Según expuso, esta actuación tiene un triple objetivo: la instalación de cajeros automáticos en las dependencias municipales; la prestación de un servicio de asistencia financiera que permita, de forma semejante a una oficina bancaria, solucionar de manera presencial dudas y contratar servicios financieros; y una oferta de formación financiera y banca electrónica para adquirir nociones básicas y aprender a utilizar los servicios bancarios a través de las nuevas tecnologías.

Miguel Corgos señaló que esta alternativa resulta atractiva para los ayuntamientos puesto que no tienen que hacer ninguna aportación económica y tan sólo deben ceder y acondicionar los espacios necesarios para la instalación de los cajeros y la prestación de los servicios de asesoramiento y formación a los ciudadanos. Es la Xunta la que corre íntegramente con la financiación de estas medidas. El Gobierno gallego adjudicó a Abanca la prestación de este servicio.

El conselleiro de Facenda e Administración pública explicó  que las dificultades de los ciudadanos para acceder a los servicios financieros en medio rural y en las zonas despobladas es un problema global de España, y no exclusivo de Galicia. Y por ello demandó al Gobierno central a dar una solución coordinada.