Recalcular ruta

Siempre hay que tenerlo presente: un empresario o autónomo debe estar preparado para recalcular la ruta. El mercado nunca se presenta igual a como lo habíamos previsto. Es necesario tener capacidad de reacción para tiempos de cambio en las condiciones de su entorno y tomar medidas correctivas.

En los próximos años habrá que prestar atención a la fiscalidad en la que se avizoran cambios. La fiscalidad es uno de los factores que puede hacer que una empresa fracase. En el intento de crear una fuente productiva estable, una empresa deba aguzar el sentido con respecto a este tema. Durante varios años los mecanismos de la recolección de información sobre lo que corresponde tributar se han ido perfeccionando. Cada vez es más difícil esquivar, e incluso ignorar inocentemente nuestras obligaciones.

No cabe duda, en lo que respecta a los intereses de España,construir entre todos un país fuerte es importante.Pero también debe alertar a los sujetos que tributan para proteger sus cuentas. Con el reciente anuncio de un aumento importante en la recaudación desde el Ejecutivo, este tema debe ser prioritario a la hora de hacer las provisiones de nuestro negocio.

Ante todo, recordemos que los impuestos son la contribución que hacen las empresas y que es un dinero que debemos tener especial cuidado en no incorporar a nuestra tesorería. Reservarlo es una medida crítica para poder calcular con criterios reales la salud de nuestro proyecto.

Debemos estar bien informados, o al menos bien asesorados, para conocer de manera prolija todas las consideraciones que prevé la Hacienda Pública para no entorpecer el desarrollo del negocio. Ignorarlo supondría una desventaja. Debemos pensar que en el espíritu del recaudador (vamos a hacer de abogados del diablo) está el que el contribuyente sobreviva. Que esa fuente de recaudación siga funcionando para beneficio de sus arcas. Es nuestra misión conocer todas esas oportunidades para beneficio de la empresa.

Las empresas trabajan para obtener beneficios a través de su modelo de negocio, esta es su razón de ser. Pero no podemos olvidar que un Estado no puede sobrevivir sin empresas que funcionen, por lo tanto, hay que procurar que esta aportación cada vez afecte menos la viabilidad de nuestra iniciativa. Organizarnos en torno a los gremios empresariales cumple esa función, y se ofrecen como un mecanismo de representación vital.