Segundo informe del Observatorio ABANCA by IESIDE

La desescalada trae consigo la normalización de la estructura de la cesta de la compra de los gallegos

El Observatorio ABANCA by IESIDE ha lanzado su segundo informe de monitorización del proceso de desescalada, en el que analiza la evolución de la actividad comercial en Galicia a partir del uso de la tarjeta de crédito o débito realizado hasta el 7 de junio.
La desescalada trae consigo la normalización de la estructura de la cesta de la compra de los gallegos
Pedro Veiga,
Pedro Veiga, director general de Planificación Estratégca y PMO de Abanca.

El segundo informe del Observatorio ABANCA by IESIDE muestra la recuperación de la actividad comercial en Galicia, con un volumen de pagos con tarjeta que se situó incluso por encima del nivel pre-covid, y la normalización de la estructura de la cesta de la compra, en la que el comercio minorista recuperó el terreno cedido a la alimentación en las fases anteriores. El estudio recoge además una mayor movilidad en la realización de compras, tras su concentración en el entorno más cercano al consumidor durante el confinamiento. Este análisis de la movilidad es una novedad del segundo informe con respecto al primero, lanzado hace dos semanas.

Para el director general de Planificación Estratégca y PMO de Abanca, Pedro Veiga, el informe "pone de manifiesto que la desescalada sigue avanzando; hemos notado un movimiento notable de la actividad, muy impulsado en la actividad del comercio y se h detectado un incremento muy importante de actividad en la rama de hogar y bricolaje, lo que llamamos el efecto 'piscina'. Y se detecta que ocio y restauración están recuperando la actividad pero todavía en niveles alejados pre-covid". 

El estudio pretende seguir monitorizando la desescalada y ver "en qué medida se consolida esta normalización de la actividad o se vuelve a niveles más bajos; es importante destacar como los distintos sectores están teniendo comportamientos diferenciados", apunta Veiga.

Más actividad comercial

La fase 2 supuso un importante impulso a la actividad comercial por efecto de la reapertura de las grandes superficies. Con ello, el nivel de pagos con tarjeta, que venía creciendo de manera progresiva desde su mínimo en el confinamiento, se situó incluso por encima (8 puntos porcentuales) del nivel pre-covid. En el periodo observado el 95% de los establecimientos registraron actividad.

Otro signo de progresiva normalización es la recuperación del patrón de consumo de los particulares. Tras la fase 2, la estructura de consumo no es todavía la misma que en el periodo pre-crisis, pero buena parte de las alteraciones causadas por el confinamiento se han visto revertidas: la proporción del gasto en alimentación y farmacias sobre el total descendió, y, por el contrario, la correspondiente al comercio minorista aumentó.

La alimentación, que había llegado a suponer el 70,2% del total de compras con tarjeta en el confinamiento, bajó al 39,9% en la fase 2, una cifra cercana al nivel pre-covid (31,5%). A pesar de ello, este sector mantuvo en la fase 2 una actividad un 40% superior a su nivel habitual pre-crisis.

Por el contrario, el comercio minorista, que desde un porcentaje en la cesta de la compra del 33,7% en la etapa pre-covid había pasado al 12,6% en el confinamiento, se situó tras la fase 2 en el 36,1%. Los pagos con tarjeta registrados por este sector en la fase 2 se situaron 18 puntos por encima de su nivel pre-covid. Estos establecimientos mantuvieron en la fase 2 un nivel de apertura cercano al 100% tras la apertura de las grandes superficies. El bricolaje y hogar mostró un comportamiento especialmente dinámico, ya que en algunos momentos prácticamente duplicó su nivel de compras previo al covid.

Las farmacias siguieron un patrón muy similar a la alimentación: normalización y reversión del protagonismo ganado en el confinamiento, pero con una actividad todavía por encima del nivel pre-covid. Por su parte, el conglomerado de parkings, vending, telefonía, talleres y otros experimentó en la fase 2 una evolución comparable a la del comercio minorista: recuperación tras el profundo bache del confinamiento y convergencia con la situación pre-covid.

Tras la fase 2, ocio y transporte se mantienen muy alejados de su nivel de actividad pre-crisis. Su peso en el conjunto de la cesta de la compra es todavía muy inferior al nivel de referencia: 4,5% frente a 8,5% en el caso del ocio, y 7,4% frente a 13,8% en el caso del transporte. Su importe de pagos se situó en el 61% en el caso del ocio y en el 58% para el transporte. Los niveles de apertura de estos establecimientos llegaron al 66% y 90% respectivamente.

Más movilidad

El segundo informe del Observatorio ABANCA by IESIDE analiza como novedad los desplazamientos realizados por los gallegos con motivo de sus compras. El estudio revela la concentración de las compras dentro del municipio del consumidor durante la fase de confinamiento, en especial las compras de alimentación y comercio minorista, y una posterior reversión de esta tendencia en la fase 2 en favor del resto de la provincia.

Sobre el total de compras, las realizadas en el municipio de residencia del consumidor crecieron en 29 puntos porcentuales durante el confinamiento respecto a los niveles precrisis, y todavía se mantienen 7 puntos por encima tras la fase 2. Las compras de mayor proximidad, realizadas en establecimientos situados a menos de 500 metros del domicilio, incrementaron 10,7 puntos porcentuales su peso sobre el total durante el confinamiento.

Tras descender un 25% en la hibernación, el peso sobre el total de las compras realizadas dentro de la provincia vuelve a sus niveles de referencia: 37,84% tras la fase 2, frente al 37,7% pre-covid.

Por el contrario, a consecuencia de la persistencia de las limitaciones a la movilidad que estuvieron vigentes en la fase 2 de desescalada, las compras realizadas fuera de la provincia de residencia se sitúan por debajo de la mitad de su nivel habitual. 

La desescalada trae consigo la normalización de la estructura de la cesta de la compra de los gallegos