Los autónomos también necesitamos certidumbre

Uno de los objetivos estratégicos que han tenido las acciones dirigidas hacia los autónomos en los últimos dos años se explica por sí sola cuando sabemos cuántos autónomos llevan sobre sus espaldas un porcentaje importante del empleo. 2.006.785 constituye el actual universo de empleados por cuenta propia, según cifras del Ministerio del Trabajo, Migraciones y Seguridad Social de España. 

En un momento en el que la dinamización del empleo, a pesar de la recuperación, sigue siendo cuesta arriba por la vía de trabajo por cuenta ajena, que la cifra de autónomos emprendedores aumente sería la mejor noticia. Que la fiscalidad vuelva a ahogar a este sector estratégico de la población, en cambio, no sería una buena noticia.  

La economía española necesita visibilizar el trabajo sumergido a través de políticas como la tarifa plana para nuevos autónomos y el fomento de condiciones favorables para el autoempleo. Esto permite aumentar la diversificación de la fuerza laboral.  Lo que hace falta para continuar mejorando la productividad de la población, el reflotamiento de mucho empleo sumergido que no tributa, y de manera muy especial, las políticas que incorporen a sectores de difícil acceso al mundo laboral  como los jóvenes, es bajar las barreras de acceso al régimen de autónomos y ampliar la base  de trabajadores activos y cotizando.

El factor clave es la confianza y la certidumbre en las condiciones para desempeñar las iniciativas que engrasen y estimulen la economía. La misma certeza que necesita el empresario a la hora de invertir, la necesita el autónomo en el momento en que se lanza a la aventura de asumir la innumerable cantidad de cargas que asume cuando se da de alta en el RETA. Con frecuencia simplemente da visibilidad a trabajos que se hacen de manera informal y por lo tanto, ilegal. 

Proteger es una manera de conseguir importantes beneficios para los trabajadores, los mismos que son bienvenidos si contribuyen a mejorar las condiciones de vida de las personas. 

Sin embargo, lo que nunca debemos desestimar, es que las matemáticas no fallan y son exactas: hacen mucho más por mejorar las cuentas de la nación muchas personas aportando su parte y visibilizando su actividad, que pocos aportando mucho.